Acción provoca reacción, revolución suele generar contrarrevolución. El actual avance de las minorías sexuales hacia su emancipación irrita a los homofóbicos, que están ya volviendo a atacar.
Hace cuatro meses, un grupo de SIGLA iba caminando por Rivadavia desde Cachimayo hacia José María Moreno. Hacía frío, y un muchacho iba con la mano en el bolsillo del abrigo de su novio. Les cayó encima un grupo de muchachotes que los hicieron huir al grito de “putos”. Hará dos meses, a otro grupo de SIGLA los atacó otra banda, esta vez de jovencitos, también al grito de “putos”, en un lugar aún más céntrico: Córdoba y Anchorena.
En diciembre aparecieron en el centro de Ciudad Autónoma de Buenos Aires graffitti hechos con stencil del grupo de choque católico CUSTODIOS, junto con otro graffiti atacando a Macri y el casamiento gay, y que nos retrotraen al comienzo de la epidemia de VIH.
En enero llega de San Luis la noticia de que Mariella Granado creó en Facebook un grupo de presión para expulsar a las travestis de su vivienda en el centro de la ciudad, y El Diario del Centro del País (26/01/10) informa del hecho sin tomar partido, como si se pudiera ser imparcial ante la violación de la ley y los derechos humanos.
Son indicios de un resurgimiento de la hostilidad homofóbica, y tememos que se hayan producido muchos más incidentes de los que no tenemos noticia porque no han sido informados, ni a nosotros ni a la policía. Los gays hemos estado acostumbrados a bajar la cabeza y conformarnos con no salir demasiado lastimados; ahora debemos acostumbrarnos a reclamar ante las autoridades y a organizarnos para frenar esta reacción.
Hacénos llegar tu denuncia.